jueves, 8 de enero de 2015

EL PADRE CELESTIAL DE LA POESÍA

CHARLES BAUDELAIRE

 (1821 - 1867)


"Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso. Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense.
Y si a veces, sobre las gradas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán:
“¡Es hora de embriagarse! Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, ¡embriáguense, embriáguense sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca."

(Charles Baudelaire. Pequeños poemas en prosa)


“Siempre he estado obsesionado por la imposibilidad de percibir ciertas acciones o pensamientos repentinos del hombre sin la hipótesis de la intervención de una fuerza maligna exterior a él… Dice usted que trabajo mucho. ¿Se burla cruelmente? Mucha gente -yo no me cuento en ese grupo- cree que no hago gran cosa. Trabajar, trabajar sin cesar: para eso hace falta no tener sentidos, no tener ensoñaciones; ser una pura voluntad siempre en movimiento. Quizá lo consiga un día”.

(Carta de Baudelaire a Flaubert)




Su padre, Joseph François, era un exsacerdote que luego de haber colgado los hábitos, fue preceptor, profesor de dibujo, pintor y jefe del Despacho de la Cámara de los Pares. Cuando nació Charles, tenía más de sesenta años y otro hijo de su primer matrimonio llamado Claude Alphonse. Su madre, Caroline Archimbaut-Dufays, no había cumplido los treinta años al nacer el poeta. El poeta tiene 6 años cuando su padre muere en 1827 dejando una discreta herencia. A los veinte meses de enviudar, la madre contrae matrimonio con el comandante Jacques Aupick, vecino suyo, de cuarenta años, un oficial que llegará a ser general comandante de la plaza fuerte de París y a quien Charles llegará a odiar hasta la muerte.

Luego de estudiar en e Colegio Real de Lyon, es internado en el Colegio Louis-le-Grand. Su madre se va volviendo cada vez más rígida y puritana, adaptándose a la personalidad del padrastro.

Se matricula en la Facultad de Derecho, comienza a frecuentar a la juventud literaria y entabla sus primeras amistades literarias. Conoce a Gérard de Nerval, de Sainte-Beuve, de Théodore de Banville y a Balzac y empieza a publicar en los periódicos en colaboración y anónimamente.

Empieza a frecuentar los prostíbulos. Mantiene una extraña relación con una prostituta judía del Barrio Latino llamada Sarah, a la que denomina Louchette por su bizquera, y que probablemente contagió sífilis. Sus calaveradas horrorizan a su familia burguesa, especialmente al probo militar que es Aupick. A pesar de que su padrastro le apoya, rechaza entrar en la carrera diplomática. No quiere ser sino escritor. La conducta desordenada del joven mueve a sus padres a distanciarle de los ambientes bohemios de París. Estancia en la isla Mauricio, al este de Madagascar, donde conoce a una señora casada para quien escribe "A una dama criolla". Todos los intentos de la familia por alejarlo del munod de París son vanos. En 1842, nuevamente en París, entabla amistad con Thèophile Gautier. Alcanza la mayoría de edad, percibe la herencia paterna de 75.000 francos y reanuda su vida bohemia como un dandy. Vuelve al ambiente de los bajos mundos. Las mujeres que llenan este periodo de su vida son pequeñas aventureras y prostitutas, como Jeanne Duval, una actriz mulata que representa un papel muy secundario en un vodevil del Teatro Partenon y a quien a pesar de la vulgaridad, de frecuentes desavenencias y de las infidelidades, siempre la busca. Dilapida la fortuna heredada, así que el general Aupick obtiene en 1844 de los tribunales la administración de la herencia. Se le entrega una cantidad trimestral de seiscientos francos.

En 1846 publica un librode crítica de arte Salón, en la que alaba a su amigo Delacroix, defiende con pasión a Honoré Daumier (caricaturista de la época). Además se interesa por le pintor impresionista Edouard Manet y por la música de Wagner, de quien fue el primer introductor en Francia. Le escribió una carta expresándole su admiración, tras haber asistido a tres conciertos, además de un ensayo.

En 1847 publica su novela corta La fanfarlo (la única publicada por Baudelaire), donde el poeta, tras el personaje de Samuel Cramer, se retrata como un dandy.

Descubre la obra de Edgar Poe, que muere poco después y a quien no pudo conocer, a pesar de considerarle su alma gemela. Poe se le asemeja, y, durante diecisiete años, va a traducirla y revelarla. Así comienza a ganarse el reconocimiento de la crítica. Conoce a Marie Daubrun, la “Bella de los cabellos de oro” muchacha bonita y honesta, actriz del Teatro de la Gaîte, que sostiene con su trabajo a su familia. El poeta sentirá por ella un amor platónico o una amistad idílica. Concurría también a círculos literarios y artísticos, uno de ellos en casa de Aglae Sabatier, llamada la Presidenta por Gautier, amante de un banquero, por la que el poeta experimentará un amor ideal y platónico. Conocerá a Musset y Flaubert. Durante la revolución de 1848 Baudelaire es visto en las barricadas y tratando de agitar al pueblo para que fusilen a su padrastro. Cuando en 1851 Luis Napoleón da un golpe de estado y asume todos los poderes, lo que indigna a Baudelaire, quizá porque nombre a su padrastro embajador en Madrid. En 1857 se publica, por fin, Las Flores del Mal. Escribe un ensayo sobre Madame Bovary, de Flaubert, que también ha sido juzgado por inmoral. En 1858 sale a la luz la traducción de Las aventuras de Gordon Pym de Poe y la primera parte de Los paraísos artificiales que tituló El hachís. Empieza la época de sus enfermedades, la sífilis contraida diez años antes reaparece. Para combatir el dolor, fuma opio, toma éter. Sufre el primer ataque cerebral. Físicamente, es una ruina. Recurre a cápsulas de éter para combatir el asma y al opio para los fuertes cólicos.


En 1864 viaja a Bégica, donde vivirá durante dos años en Bruselas. Allí trata de ganarse su vida dictado conferencias sobre arte, que son un fracaso y se unen a las anteriores. En la primavera decide ir a Bélgica, donde se encontra su editor, a dar conferencias en los círculos intelectuales de diversas ciudades y a. Sólo llega a dar tres conferencias sobre Delacroix, Gautier y Los paraísos artificiales, con asistencia muy escasa de público.

En 1866 sufre un ataque de parálisis general que lo deja casi mudo. Su madre viaja a Bruselas y de regreso a París interna a su hijo moribundo en un hospital. La enfermedad se agrava rápidamente, y su vida no es ya más que una lenta agonía que se prolonga durante un año. Para ayudarle a sobrellevar el dolor, sus amigos acuden junto a su lecho a interpretarle Wagner. Paralizado, mudo y medio imbécil, sobrevive varios meses hasta que el 31 de agosto de 1867 muere tristemente a los 46 años, en brazos de su madre. Fue enterrado en el cementerio de Montparnase, junto a la tumba de su padrastro, a quien siempre odió.


En 1868, se publicaron sus Pequeños poemas en prosa, de manera póstuma. En 1887, se publica Mi corazón al desnudo, diario de Baudelaire escrito entre 1862 y 1864.



LAS FLORES DEL MAL





“Este libro está revestido de una belleza siniestra y fría, se ha hecho con furor y con paciencia”                                                                                                                                              (Charles Baudelaire)

El título lo concede el editor en lugar de Los limbos, que era el original, incluso el autor quería presentarlo con el nombre de Las lesbianas. Se publicó en 1857.
Inmediatamente después el gobierno francés (época del Segundo Imperio Francés y Napoleón III, sociedad conservadora y ultracatólica) acusa al poeta de ofender la moral pública y los poemas son juzgados de obscenos. Fue procesado en medio del escándalo general, al lado de Madame Bovary de Flaubert. Aun cuando Baudelaire obtuvo el apoyo de sus colegas, seis de sus poemas fueron eliminados de las ediciones siguientes: Las joyas, El leteo, A la que es demasiado alegre, Lesbos, Mujeres condenadas, Delfina e Hipólita y Las metamorfosis del vampiro. La edición es confiscada por mandato judicial. Parece que el escándalo y ataque a la obra se inició desde el periódico conservador Le Figaro. En agosto, se da el proceso de Baudelaire y de sus dos editores, que son condenados a sendas multas por ultraje a la moral pública y a las buenas costumbres. La sentencia final fue de trescientos francos que la emperatriz, Eugenia de Montijo, redujo a cincuenta. Solo Víctor Hugo le escribirá "Usted ama lo Bello. Deme la mano. Y en cuanto a las persecuciones, son grandezas. ¡Coraje!", Sainte-Beuve, Teófilo Gautier y jóvenes poetas admirados le apoyan. Cuatro años más tarde volvió a salir a la luz y en 1864 se publicaron el Parnasse satyrique, la edición definitiva fue en 1868, un año después de su muerte.
El público quedará identificado, aun después de su muerte, con la depravación y el vicio. Amargado, incomprendido, Baudelaire se aísla aún más. En su soledad donde él se ha encerrado, dos luces: dos escritores todavía desconocidos, Stéphane Mallarmé y Paul Verlaine, lo llenaban de elogio.

La obra presenta una dedicatoria: Al Poeta impecable / al perfecto mago de las letras francesas / a mi muy querido y muy venerado / maestro y amigo / Theophile Gautier / con los sentimientos / de la más profunda humildad / dedico / estas flores enfermizas.

Presenta un poema-prólogo: Al lector en el que representa el deprimente estado de la sociedad.

Consta de seis libros:

I.- SPLEEN E IDEAL: 85 poemas sobre la belleza, la poesía, la muerte, el amor, el erotismo, hastío por la vida. Sobresalen: Bendición, El albatros (es un himno de reclamo ante la indiferencia del mundo y la discriminación del artista), Correspondencias, El vampiro, La musa enferma, Himno a la belleza, Sed non satiata, Una carroña,  etc.
II.- CUADROS PARISINOS: Poesía de suburbio: el espectáculo de la ciudad que envuelve de melancolía con sus personajes marginados. Sobrealen: A una mendiga pelirroja, Los ciegos, Danza macabra, Sueño parisiense, A una que pasa, El cisne, El esqueleto labrador, etc.
III.- EL VINO: Intento de huida a los paraísos artificiales (embriaguez, el sueño, la poesía) que no puede conducir a otra cosa que el fracaso. Sobresalen: El alma del vino, El vino del asesino, El vino de los amantes, El vino del solitario.
IV.- LAS FLORES DEL MAL: Voluntad de destrucción, de abrazar el mal, la depravación. Se hunde en la perversión para obtener de ahí la poesía frente a la ausencia de salvación. Sobresalen: La destrucción, Mujeres condenadas, Alegoría, La Beatriz, Las dos buenas hermanas, El amor y el cráneo, etc.
V.- REBELIÓN: Contra la divinidad, contra el destino y la vida. Aparecen tres poemas: La negación de San Pedro, Abel y Caín, Letanías de Satán.
VI.- LA MUERTE: Aspiración al reposo, al hundimiento en lo desconocido, pero con la esperanza de hallar una salida. Sobresalen: La muerte de los amantes, La muerte de los artistas, El fin de la jornada, etc.




Este libro, como la vida del poeta, aún respira los aires del romanticismo: desgarramiento interior, confesiones personales muy profundas, su spleen (tedio, hastío) como fruto amargo de su soledad, su fuga demoníaca, su evasión hacia lo infinito, su anhelo de eternidad, en fin el complejo y perverso hombre moderno. Pero las estrofas bien talladas (magisterio de Gautier), sus versos luminosos y sonoros, así como la riqueza de metros y rimas lo emparentan con el Parnasianismo. Además, marca una nueva época que se conocerá como simbolista. He ahí lo complejo de la obra, en ella se funden, lo bello y lo horrible, Dios y Satán, producto de una metafísica dualista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario