jueves, 8 de enero de 2015

¿QUÉ FUE EL BOOM DE LA NARRATIVA HISPANOAMERICANA?

“Lo que se llama boom y que, nadie sabe exactamente que es, yo particularmente no lo sé, es un conjunto de escritores, tampoco se sabe exactamente quiénes, pues cada uno tiene su propia lista, que adquirieron de manera más o menos simultánea en el tiempo, cierta difusión, cierto reconocimiento por parte del público y de la crítica. Esto puede llamarse, tal vez, un accidente histórico. Ahora bien, no se trató en ningún momento, de un movimiento literario vinculado por un ideario estético, político o moral. Como tal, ese fenómeno ya pasó. Y se advierte ya distancia respecto a esos autores así como cierta continuidad en sus obras, pero es un hecho, por ejemplo, que un Cortázar o un Fuentes tienen pocas cosas en común y muchas otras en divergencias. Los editores aprovecharon muchísimo esta situación pero ésta también contribuyó a que se difundiera la literatura latinoamericana lo cual constituye un resultado a fin de cuentas bastante positivo. Lo que ocurrió a nivel de la difusión de las obras ha servido de estímulos muchos escritores jóvenes, les ha llevado a escribir, les ha probado que en América Latina existe la posibilidad de publicar, de conseguir una audiencia que trascienda las fronteras nacionales e, incluso, las de la lengua. El hecho es que hoy se escriben muchas más novelas que hace algunos años. No afirmo que la causa haya sido exclusivamente la de que un grupo de escritores obtuviera mucho éxito y una gran audiencia, pero, sin duda, esa realidad ha contribuido a dar mayor seguridad y a estimular las vocaciones jóvenes”         (Mario Vargas Llosa)


“[...] eso que tan mal se ha dado en llamar el boom de la literatura latinoamericana, me parece un formidable apoyo a la causa presente y futura del socialismo, es decir, a la marcha del socialismo y a su triunfo que yo considero inevitable y en un plazo no demasiado largo. Finalmente, ¿qué es el boom sino la más extraordinaria toma de conciencia por parte del pueblo latinoamericano de una parte de su propia identidad? ¿Qué es esa toma de conciencia sino una importantísima parte de la desalienación? [...] Aparece, entonces, en estos últimos quince años, el hecho incontrovertible, innegable, de lo que se conoce como boom (es lamentable que para definirlo se hayan servido de una palabra inglesa). En el fondo, todos los que por resentimiento literario (que son muchos) o por una visión con anteojeras de la política de izquierda, califican el boom de maniobra editorial, olvidan que el boom (ya me estoy empezando a cansar de repetirlo) no lo hicieron los editores sino los lectores y, ¿quiénes son los lectores, sino el pueblo de América Latina? Desgraciadamente no todo el pueblo, pero no caigamos en las utopías fáciles. Lo que importa es que haya sectores que se hayan dilatado, vertiginosamente y que hayan obrado el milagro increíble por el cual un escritor de talento de América Latina, que en los años 30 hubiera difundido con tremenda dificultad una edición de 2000 ejemplares (los primeros libros de Borges se vendieron a 500 ejemplares) de golpe se convierte en autor popular con novelas como Cien años de soledad o La casa verde o cualesquiera de las novelas que estamos leyendo y que ya se están traduciendo al mundo entero.”
(Julio Cortázar)


“¿Qué es, entonces, el boom? ¿Qué hay de verdad y qué de superchería en él? Sin duda es difícil definir con siquiera un rigor módico este fenómeno literario que recién termina —si es verdad que ha terminado—, y cuya existencia como unidad se debe no al arbitrio de aquellos escritores que lo integrarían, a su unidad de miras estéticas y políticas, y a sus inalterables lealtades de tipo amistoso, sino que es más bien invención de aquellos que la ponen en duda. En todo caso quizá valga la pena comenzar señalando que al nivel más simple existe la circunstancia fortuita, previa a posibles y quizá certeras explicaciones histórico–culturales, que en veintiuna repúblicas del mismo continente, donde se escribe variedades más o menos reconocibles del castellano, durante un periodo de muy pocos años aparecieron tanto las brillantes primeras novelas de autores que maduraron muy o relativamente temprano —Vargas Llosa y Carlos Fuentes, por ejemplo— y casi al mismo tiempo las novelas cenitales de prestigiosos autores de más edad —Ernesto Sábato, Onetti, Cortázar—, produciendo así una conjunción espectacular. En un periodo de apenas seis años, entre 1962 y 1968, yo leí La muerte de Artemio Cruz, La ciudad y los perros, La casa verde, El astillero, Paradiso, Rayuela, Sobre héroes y tumbas, Cien años de soledad y otras, por entonces recién publicadas. De pronto había irrumpido una docena de novelas que eran por lo menos notables, poblando un espacio antes desierto”.              (José Donoso)



“Yo nunca he creído en la existencia del boom... El boom es lo pasajero, es bulla, es lo que suena. ...Luego, los que llamaron boom al éxito simultáneo y relativamente repentino de un cierto número de escritores latinoamericanos, les hicieron muy poco favor, porque el boom es lo que no dura. Lo que pasa es que esa fórmula del boom fue usada por algunos editores, con fines más o menos publicitarios, pero yo repito que no ha habido tal boom. Lo que se ha llamado boom es sencillamente la coincidencia en un momento determinado, en el lapso de unos veinte años, de un grupo de novelistas casi contemporáneos, diez años más diez años menos, los más jóvenes veinte años más veinte años menos, pero en general son todos hombres que han pasado, que están entre 40 y 60, más o menos y alguno que está alcanzando esa edad.”            (Alejo Carpentier)



¿CÓMO DEFINIMOS EL BOOM?

Este fenómeno alude a la rápida popularización de una serie de autores y novelas hispanoamericanas en los mercados editoriales internacionales como producto de la maduración novelística y otros factores extraliterarios como la Revolución Cubana (se fundaría “Casa de las Américas”) y el fenómeno comercial (España y Argentina) e intereses económicos.

Es precisamente en los años 60 que aparecen títulos que ponen al boom de moda, obras como La ciudad y los perros, Rayuela, Cien años de soledad, serán traducidas a diferentes lenguas.

El inicio de unidad de los jóvenes escritores se da en 1962 al celebrarse El Congreso Internacional de intelectuales en la Universidad de Concepción de Chile, en que deciden adherirse en bloque a la Revolución Cubana.

Cabe señalar que gracias al apoyo de instituciones como Casa de las Américas, la revista Nuevo Mundo, con sede en París, y la editorial Seix Barral, (España) que concedió el premio Biblioteca Breve, los nuevos escritores y el núcleo “Boom” alcanzaron fama internacional.

El Boom empieza a quebrarse a partir de 1971, con el conocido “Caso Padilla” (poeta y narrador cubano contrarrevolucionario). Esto determinó el distanciamiento de algunos intelectuales que, en un primer momento, apoyaron a la Revolución y a Fidel. Heriberto Padilla había ganado el concurso Julian del Casal con su libro Fuera del juego, que contenía algunos poemas anticastristas. Primero fue premiado, luego acusado y obligado a autoconfesar su delito. Como consecuencia los intelectuales firmaron una carta de protesta publicada en la revista Le Monde. Entre ellos, Vargas Llosa, Simone de Beauvoir, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Alberto Moravia, Octavio Paz, Anne Philipe, Jean Paul Sartre y otros más. Luego, el sonado caso de la pelea entre García Márquez y Vargas Llosa en la entrada de un cine en México terminó por aniquilar al Boom.



“Casa de las Américas”, institución creada en La Habana con la finalidad de difundir el arte de Latinoamérica. 



Los cuatro grandes del Boom: Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes.



¿QUIÉNES CONFORMARON EL BOOM?

“Bueno, pienso claramente en Cortázar, pienso en Vargas Llosa, pienso en García Márquez, pienso en Fuentes pienso en Donoso: los demás serían como una segunda fila, ¿no?”
(Carlos Barral)


“Si se acepta lo de las categorías, cuatro hombres componen para el público, el gratín del famoso boom, el cogollito, y como supuestos capos de mafia eran y siguen siendo los más exageradamente alabados y los más exageradamente criticados: Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa”.
(José Donoso. Historia personal del boom)


“De ello, cuatro son, como en las Academias, “en propiedad”: los correspondientes a Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez”.
(Ángel Rama. El boom en perspectiva)

No hay comentarios:

Publicar un comentario